Surface and Symbol: Julio Valdez and the Printed Image (Continued)
Judith B. Hecker
Assistant Curator. Department of Prints & Illustrated Book. Museum of Modern Art.
A finales de los años 90, a las siluetas pintadas de Valdez se le unieron otras imágenes. Introduciría vida floral, marina y animal, particularmente la planta de Yuca y la lagartija, ambas pertenecientes a la cultura indígena dominicana, así como las formas abstractas y el texto. En algunas piezas un collage de estos elementos rodea a la silueta. En otros casos, estos símbolos cubren la composición en su totalidad en una cuadrícula de collage súper impuesta por la silueta. El interes de Valdez por sobreponer diferentes planos, corresponde a la obra impresa de esta etapa. Para compensar el formato pequeño de sus grabados, su cuadrícula de símbolos reside en el fondo y la silueta sobreimpuesta se vislumbra más grande. Además de eso, usualmente reduce la silueta a un busto o cabeza para acoplarse a la escala menor de sus grabados, no obstante, sigue comunicando la misma fuerza de sus grandes siluetas pintadas.
Junto con la llegada del año 2000, vino otro cambio visual y texto. En contraste con la silueta sólida de la década anterior, el nuevo trabajo de Valdez revela la ineludible materialización del cuerpo, mostrando ahora todo lo que previamente se había omitido. Partes de cuerpo desmembradas y piel despellejada en obras tales como Features y To the Bones / Hasta los Huesos, segieren una nueva consciencia acerca del cuerpo humano y la morbosidad. Aunque está conectado metafóricamente a la lucha y a la historia de su país, esta obra también está ligada al interés artístico contemporáneo acerca del cuerpo humano y la conciencia pública de nuestras funciones internas. No obstante, algo interesante es que éste cambio en las imágenes no ha sido filtrado a trav´s de los grabados de Valdez. Su nueva obra permanece enfocada en la imágen de la cabeza, quizás porque todavía él no ha agotado sus permutaciones teecnicas.
A lo largo del cambio y crecimiento artísticos de Valdez, este ha ilustrado constantemente una parte del cuerpo en particular, visible hasta en sus primeros trabajos: el Sagrado Corazón. Pero es más un símbolo que una declaración religiosa. El corazón ha persistido como una insignia espiritual e intuitiva para Valdez. Es un órgano emblemático que guía su arte tanto como a su vida.
1 El nombre Q-Atro XXI es un juego de palabras sobre el número "cuatro", que en este contexto significa "cuatro para el siglo XXI".
2 Esta Exposición tuvo lugar en San Juan, Puerto Rico y fue curada por Beatriz Mayté Santiago Ibarra, coordinadora general de la Bienal de San Juan del Grabado Latinoamericano y del Caribe, una de las más antiguas bienales de grabado. Más tarde en su carrera, Valdez sería incluido en semejantes bienales a través del continente.
3 El Kathy Coraccio Printmaking Workshop, establecido en 1977, se especializa en procesos colográficos e impresión en relieve.
4 Conversación cen el artista, Diciembre 29, 2000.
5 Valdez raras veces trabajó en grabados usando ácidos. Las instalaciones en Altos de Chavón no incluían baños de ácidos las cuales son costosas de mantener- quizás dirgiéndolo a confiar consistemente en la aplicación de diversos materiales a sus planchas de impresión para lograr superficies texturizadas. El interés de Valdez en la "Seda Acuatinta" puede también que le haga recordar el haber sido expuesto a temprana edad al proceso de impresión serigráfica (tanto en papel como en tela) en el primer taller de su hermano.
6 Sólo hay algunos retratos pintados en los cuales el rostro de Valdez es claramente indentificable.